El sol de primavera, el olor a lavanda y el jardín en todo su esplendor primaveral son los ingredientes perfectos para una merienda al aire libre; Nosotros ponemos el café, unas magdalenas caseras de canela y manzana, un precioso comedor rústico y una mesa decorada en blanco, y ya tenemos una tarde perfecta para descansar y disfrutar de la familia.
Gracias a Silvia por la agradable tarde en su jardín y sus postres
Puntillas,entredoses y pasacintas hilbanan uno a uno los recuerdos que componen mi infancia y oculto tras ellos alguna labor de mi madre repleta de delicadeza y esmero. Fue de ella de quien yo aprendí a disfrutar imaginando y diseñando, elaborando y construyendo. Heredé el gusto por objetos únicos y personales, ella me enseñó a disfutar y valorar el proceso por encima de la inmediatez de entrar en una tienda a comprar. Aprendí a cultivar la paciencia para gozar después de la satisfación que cada rincón de mi casa es especial, especial porque me hace sentir bien, de lo que me gusta, de esos detalles que miman mi alma, especial porque la hacen sólo mía.
Me gusta creer que cada noche mi bebé descansa feliz sabiendo que los angelitos que mamá bordó en su almohada vigilan sus sueños, que como dice en la puerta de su cuarto, es un palacio, el palacio de mi principe, que su osito preferido tambien ocupa un lugar privilegiado adornando las paredes de su dormitorio. Quiero pensar que cuando crezca, algunos de esos detalles que hice pensando sólo en él y en sus gustos y teniendo como única guía el amor tan profundo que siento hacia él quedará siempre en su retina .
1 comentarios:
De nada Lucia, siempre es un placer tener a toda la familia reunida.
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